Mientras las campañas políticas avanzan en busca de la alcaldía de Cajeme por parte de seis aspirantes, la violencia no cede en lo más mínimo, sino por el contrario se muestra más encarnizada; durante la semana pasada se cometieron cinco asesinatos más.
Mal hacen algunos candidatos en explotar el tema de la inseguridad con expresiones dolosas porque lejos de comenzar por enviar mensajes de unidad y alternativas de solución y consenso, ya que no dejan de ser parte de una sociedad, lapidariamente restriegan lo que ya toda sociedad cajemense sabe, que un hubo un total fracaso por recuperar la paz.
Y que incluso desde hace mucho tiempo atrás pudieron haber contribuido de alguna u otra forma desde la posición social en que se encontraban ofreciendo alternativas de solución. No era necesario a que esperaran a que llegara la época electoral para recurrir a la diatriba porque al final esto no abona en nada al ambiente de paz.
Qué hicieron desde las aulas
Aunque también habría que cuestionarlos qué hicieron como maestros desde las aulas con sus alumnos en cuanto al tema de la prevención a las adicciones porque no hay que olvidar que para los zares de la drogas, el mejor mercado son los jóvenes, principalmente los estudiantes.
Una evidencia palpable de ello fue la detención en días pasados de una maestra “sombra” en la escuela secundaria General 4 “José L. Guerra S.”, quien fue delatada por la directora del plantel de vender marihuana a los alumnos.
Se dijo que la Secretaría de Educación y Cultura (SEC) entablaría una demanda penal contra la supuesta educadora que aprovechó que le abrieron las puertas del plantel educativo en cuestión para envenenar a jovencitos con su nefasta mercancía.
Aunque en su momento ella argumentó que la droga que le aseguraron elementos de la Policía Municipal que se encargaron de su arresto la traía para consumo personal.
Han pasado tres semanas del penoso asunto y hasta el momento se desconoce que hizo al respecto el delegado regional de la Secretaria de Educación y Cultura (SEC) Ariel Solís Hurtado y el encargado del despacho José Víctor Guerrero González.
Es necesario dejar un claro y contundente precedente en el tema para advertir a hombres y mujeres sin escrúpulos el riesgo a que se exponen en caso de incurrir en semejantes y detestables conductas.
Faltó mística de servicio
Regresando al tema de la inseguridad, también es necesario señalar que como empresarios en su momento debieron haber sellados las casas abandonadas y de manera objetiva algo pudieron haber hecho por las familias cajemenses antes de que llegara la zafra electoral y su mística de servicio tendría mucho más valor.
Lo mismo sucede con quienes en su momento estuvieron en las instancias de los poderes judicial y legislativo y por igual mucho pudieron haber hecho algo, primero en apego al cumplimiento de un deber legal y luego como parte de la sociedad.
Resulta cuestionable que todos debieron aportar algo desde su posición como ciudadanos para contrarrestar los mortales efectos de una guerra que, no parece tener fin, haciéndolo a través de pronunciamientos sólidos y de respaldo para las instituciones que, más por complicidad que por cualquier otro motivo no han contenido esta vorágine de ingobernabilidad.
Así como en su momento hicieron muy suya la lucha por la defensa del agua a través del No al Novillo, por qué no hicieron lo mismo para defender la tranquilidad de todos los ciudadanos y familias que habitan este suelo sonorense.
No hubo iniciativas de ley, protestas ciudadanas y marchas constantes para reclamar por la seguridad y la paz de los cajemenses, cuando paradójicamente hoy sí hay enconados ataques porque están en marchas las jornadas de proselitismo y con ellas también las campañas negras que solo alientan a que haya más violencia y desorden social.
Es momento de alzar las voces no por interés propio sino de la población y todos sus estratos sociales que sufren el flagelo de las embestidas y hostilidades criminales. Hay que exigir a la federación que sus fuerzas especiales de la Policía Federal cumplan con su cometido en virtud de que no han logrado ese objetivo.
Justo es insistir al comisionado de seguridad nacional, Renato Sales Heredia y al comisionado general de la Policía Federal, Manelich Castilla Craviotto que se implementen las labores necesarias para contrarrestar la criminalidad, cuya tendencia sigue a la alza por lo que es apremiante que pongan los ojos en Cajeme
Otra aciaga semana
En la semana que acaba de concluir se registraron cinco ataques armados con un saldo de cinco muertos y cuatro heridos, en episodios que se registraron tanto en la ciudad como en el Valle del Yaqui.
Contrario a lo que se esperaba que se tendrían campañas políticas tranquilas, se están viviendo días de horror, en virtud de que cada vez son más los descuartizados como sucedió entre el martes 22 y viernes 25 de mayo.
De continuar esta pesadilla, el estado tendrá que reforzar aún más su estado de fuerza con más elementos para la ciudad y la zona rural. Esto, lo saben Samuel Rivera Gutiérrez y Luis Carlos Villalobos Chávez, titulares de la Policía Estatal de Seguridad Pública (PESP), cuyo desempeño ha resultado fundamental para impedir que la situación registrara índices criminales más críticos.
También se requiere una mayor presencia de personal de la Procuraduría General de la República que, en Sonora encabeza Darío Figueroa Navarro. Urge que se fortalezca a la Agencia de Investigación Criminal (AIC) antes AFI para que no solo tomen las calles sino que se sumen a las labores de inteligencia que deberán resultar primordiales para sofocar las mortales acometidas.
Irremediable fracaso
De no reforzarse la vigilancia y las tareas de investigación se corre el riesgo de que la jornada electoral se viva en un candente ambiente de violencia y muchísima inseguridad. No tiene caso esperar a que se enrarezca más el ambiente citadino solo por no hacer conciencia de lo grave que se ha tornado en este municipio.
Hay que decirlo que los emisarios de la muerte no se detienen ante nada. Al principio se tenía la esperanza que con la presencia de la Gendarmería Nacional se inhibieran los delitos de alto impacto, pero hoy estamos peor que nunca, así que, en vez de politizar el tema de seguridad resulta más sano hacer propuestas sólidas para solucionar este complejo tema.
De plano no tiene caso buscar culpables porque al gobierno actual ya solo le restan unos 112 días de estadía y lo que no hizo en los treinta y tres meses anteriores difícilmente lo hará en los días que le quedan para cerrar otra página más de estrategias y acciones fallidas sobre todo con un soberano e irremediable fracaso en el rubro en cuestión.