OCUPA SONORA PRIMEROS LUGARES EN OBESIDAD Y SOBREPESO: CIAD

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Hermosillo. El sobrepeso y la obesidad constituyen un problema de salud pública a nivel mundial, según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues se ha estimado que cada año fallecen alrededor 3.4 millones de personas adultas a consecuencia de estos padecimientos, llegando a considerarse como el sexto factor de riesgo de defunción a nivel mundial.

La profesora Martha Nydia Ballesteros Vásquez, del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), explica cuál es la situación de esta enfermedad en la entidad y en comparación con el resto del país.

 

¿Qué enfermedades están asociadas a la obesidad y sobrepeso?

La obesidad y el sobrepeso traen consigo, en la mayoría de los casos, el desarrollo de múltiples enfermedades, como la hipertensión arterial, diabetes mellitus, insuficiencia venosa, vesícula biliar, problemas de fertilidad, entre otras.

 

En el caso del Estado de Sonora, ¿qué es lo que ha estudiado sobre esos temas?

En nuestro trabajo de investigación hemos encontrado que en las últimas cuatro décadas la dieta de la población sonorense cambió significativamente.

Esto fue debido a que el desarrollo de la tecnología de alimentos trajo consigo la oferta de una gran variedad de productos alimenticios altamente procesados, muchos de los cuales fueron adoptados al interior de los hogares, incluyéndolos en la dieta.

Estos productos gradualmente fueron desplazando de lugar de importancia a alimentos que han formado parte de la dieta sonorense desde hace mucho tiempo. Los hábitos nutricionales han cambiado y ahora se incluyen alimentos con una cantidad elevada de calorías, pero sin otro aporte nutrimental.

 

¿O sea que antes el ser gordito no era un problema de salud?

No lo veamos de esa forma, pero hace unos 30-40 años hacia atrás, el exceso de peso corporal estaba presente en mucha parte de la población, pero no representaba un problema de salud pública en Sonora. Pero todo ello comenzó a cambiar digamos a principios del 2000, cuando el sobrepeso y la obesidad se convirtieron en indicadores nutricionales a los que había que prestar especial atención.

 

¿Qué cifras hay del estado de Sonora en esos padecimientos?

La población adulta sonorense en el año 2000 mostraba que había un 46% de prevalencia de sobrepeso y un 25% de obesidad, pero luego ello se empezó a observar en población adolescente y en niños(as) en edad escolar y preescolar.

Este padecimiento ha ido en constante crecimiento en la entidad y, actualmente, un tercio de la población infantil y siete de cada diez adultos tienen problemas de exceso de peso corporal (sobrepeso u obesidad).

 

¿Cómo estamos a nivel nacional?

Las cifras indican que la prevalencia de diabetes mellitus a nivel nacional es de 10.1%, mientras que en Sonora es de 11.2%. En hipertensión arterial, la tasa nacional es de 18.4% y en Sonora de 24.6 %. Si bien la población mexicana refleja valores elevados de colesterol y triglicéridos (19.5%), en Sonora esta cifra ronda alrededor del 22%.

Con estos datos podemos confirmar que la presencia de sobrepeso y obesidad es un factor que está involucrado en el desarrollo de otras enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes mellitus tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, mismas que también han ido en aumento en el estado.

 

¿Cuál ha sido el detonante para que las personas seamos más propensas a padecer de obesidad y sobrepeso?

Por ejemplo, entre los años 80 y 90, el caso del estado de Sonora, sus habitantes tenían una dieta más basada en la presencia del frijol, la tortilla de harina, de trigo y la tortilla de maíz. También de huevo, leche y queso regional, e incluían hortalizas tales como tomate, chile, cebolla, papas y frutas como plátano y naranja.

Pero también que empezó a aparecer el refresco embotellado y el cual es hasta la fecha muy consumido por la población sonorense.

Luego, ya con el inicio del nuevo siglo y los avances en la tecnología de alimentos que no ha parado hasta la fecha, aparecieron los alimentos preparados en el mercado que hacían más dinámico el quehacer cotidiano y que poco a poco se fueron incorporando en la dieta de la personas.

Sin embargo, este tipo de alimentos ultraprocesados trajeron consigo la pérdida de nutrientes; es el caso, por poner un ejemplo, del refinamiento de las harinas.

Las tortillas de maíz que se consumían durante ese tiempo eran hechas de nixtamal y ahora son hechas a partir de harina de maíz, la cual ya ha perdido atributos nutricionales como el contenido de fibra.

Luego se dio la presencia de productos de panificación, tales como galletas, pastelillos con envolturas, dulces (ricos en azúcar) y cereales para desayuno con azúcar agregada, los cuales fueron bien aceptadas por la población e incorporadas en la dieta.

 

¿Cuál es la participación del refresco en el sobrepeso y obesidad del sonorense?

Es muy elevado el número de personas que los consume e incluso muchos prefieren tomar la famosa soda a agua.

 

Finalmente, ¿qué se puede hacer, en el caso del estado de Sonora, para buscar reducir esas estadísticas en materia de salud pública?

Considero que es necesario promover la educación nutricional en las escuelas y en el hogar, pues no existe una comprensión apropiada sobre, por ejemplo, la ingesta calórica.

En el caso de la “comida chatarra”, decirles que es un alimento que lo único que proporciona son calorías; es decir, no hay aportación de otros nutrientes. En esta categoría caen los refrescos, los cuales solo contienen carbohidratos o azúcares, así como las frituras, que contienen grasa y carbohidratos.

En el trabajo que hemos realizado en el CIAD, nos ha arrojado que en promedio, la dieta de la población sonorense se constituye en un 34% a 41% de grasa, lo que sobrepasa la recomendación diaria de ser menor al 30%.

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